Te EsPeRo Baj0 La LLuViA

EsTo Es UnA EspeCiE dE VeNTaNa ParA veR dibuJoS y TeXtoS dE QuiQuE GonzàlEZ LA PaRte CaóTica del TrabajO la HallaráS en: quiquedomestico.blogspot.com

Tuesday, October 10, 2006

EL VUELO DE LOS BESOS
Texto de
Quique González.
(un cuento para adultos en "envase" de cuento para niños)
Dedicado a mi solcito,fugaz, con infinita esperanza.
¿Sabés, mi amor?
En pleno vuelo, quiero decirte que la imaginación nos salva.


Para representar la escena puntual de "fabricación" de sueños, me gusta ubicarme en el aire (no en mi isla griega, que es tuya, por supuesto), como si observase el planeta y centrase mi atención en un hombrecito descalzo. Está sentado al borde de laTierra y sostiene una caña de pescar. Todos los días (mejor dicho,todas las noches), captura sueños, nuevos sueños, uno tras otro, hasta llegar a una cifra incontable (es decir a ninguna cifra; donde curiosamente tener todo equivale a no tener nada). Cada uno de esos sueños hará volar al hombrecito, recorrer ciudades que no conoce, evaporarse como el humito de una taza de café, multiplicarse delante de un espejo de mil láminas (mil caras o quizás más), transformarse en un elefante, adquirir la forma de un caracol o de una montaña azul, o de una bufanda roja que flamea en el cuello de un chico que intenta recapturar su globo verde desde el último peldaño de una escalera apoyada en una nube. Obviamente esta nube se parece a una de las ovejas que pasta en la alfombra de alfalfa que cubre los alrededores del sitio donde se ubica el pie de la escalera. Dije "obviamente" porque casi todas las nubes son comparadas con ovejas y no logro ser original.La escalera fue construida con la madera extraida de un bosque tupido donde crecen muchas y muchas margaritas. En uno de los pueblos próximos al campo de margaritas, una muchacha cuelga ropa blanca de un tendal. La muchacha lleva puesto un vestido anaranjado por lo que su silueta se destaca en el horizonte. En uno delos puntos de la línea del horizonte (que late si se la mira fijo), descansa el novio de la muchacha. Atardece y el joven se ha cansado cortando leña. Una vaca se le acerca y aunque es una vaca torpe, le pasa por encima sin siquiera rozarlo con sus pezuñas. Es como si saltase sobre él. Ninguna vaca sale en las revistas por ser ágil, pero esta vaca lo es (así que voy a una carta del lector para un diario de Atenas porque esta vaca pareciera haber egresado, con los mejores promedios, de una escuela de ballet). Es maravilloso ver a la vaca danzar en la pradera. Se desplaza cómoda, sin que le pese la reserva de leche que exhibe y que serviría para alimentar ya mismo a cincuenta o sesenta niños de mi pueblo que esta mañana han ido a la escuela sin desayunar. Luego la vaca permanece mirando algo, tal vez un salmón que brinca en el espejo del lago. Después, la vaca retorna al lugar donde duerme el joven novio de la muchacha del vestido anaranjado (ah, qué impregnante es el olor de las naranjas, mi amor). Después, la vaca se recuesta. Después, la vaca se recuesta más allá (debe haberle molestado el ronquido del joven que serruchó árboles durante seis horas y laséptima la usa para descansar). Después, la vaca se recuesta sobre un terreno lleno de curvas, idas y vueltas. Por allí pasa un camino angosto, donde apenas cabe un camión repleto de frutas que viene a todo lo que da y, como consecuencia de esa velocidad, cae una fruta. Un pájaro va directamente hacia esa fruta y (no puede llevársela) la picotea hasta dejar solamente la cáscara, sin desarmarla. Es increíble cómo la fruta sigue pareciendo llena, pero está completamente vacía. Es cáscara nada más (como algunas personasque para sobrevivir creen que deben colocarse un plumaje que no les vay cuando uno se acerca, no parecen personas sino pajarracos de dibujosanimados o directamente plumeros, y entonces vienen las desilusiones y llantos y cómo puede ser si esa preciosura en realidad es nada; ni siquiera una plumita real como para poder llevármela a casa y colocarla dentro de la almohada). ¿Qué sucede con la fruta? Pues un final campesino. Después, por allí, por ese camino donde la fruta quedó, pasa un caballo acompañado de millones de moscas y el caballo pisa la fruta sin verla y la fruta se desinfla y todas las moscas bailotean alrededor de la fruta pisoteada por el caballo.A todo esto, el pájaro, que pesa lo mismo que un alfiler aunque haya comido recién (¿cómo hizo para comer la fruta y dejarla casi como antes?, sigo preguntándome), el pájaro -digo- alcanza el aire, atraviesa un puente por arriba, pasa por sobre el camión que sigue viaje, el salmón que quedó congelado encima del espejo del lago; el lago, la vaca, el muchacho que duerme (va por la segunda hora de sueño; no era el trato; la chica lo espera a cenar); la novia de vestido anaranjado que ha terminado detender la ropa, ha asesinado una de sus gallinas para cocinarla con trigo y cebolla y se ha metido en su casa; el campo de margaritas, el bosque, la alfalfa, las ovejas, el pie de la escalera, las nubes (una nube se parece a una oveja pero una oveja no es una nube, no vuela, no se aliviana aunquele quiten toda la lana). Después, el pájaro sobrevuela el rostro del niño que ha recuperado su globo verde; la bufanda roja, la montaña azul, el caracol, el elefante, el espejo, la taza de café, el hilo de la caña de pescar y el hombrecito descalzo al borde del planeta. El niño se ha quedado con todo. Ha metido en su bolsillo el globo, la bufanda, la montaña, el caracol, el elefante, el espejo, la taza, la tanza y también el hombrecito descalzo al borde del planeta, y el planeta también. O sea que vos y yo estamos ahora en el bolsillo del niño. Si nadie denuncia nada, no hay vencedores ni vencidos. Ni toro ni torero. El niño es el dueño del mundo y el mundo no se enteró. Yo te lo cuento, pero no digas nada.

Vamos a preocuparnos sólo cuando sea noticia. Cuando el dueño de algún periódico denuncie la situación (la denunciará si no es negocio, claro; si ve que puede extorsionar al niño, ninguna empresaperiodística dirá nada; censurarán las notas que toquen el tema y despedirán personal si es necesario; siempre es necesario, creen). El pájaro da varias vueltas alrededor del mundo, que en realidad está dentro del bolsillo del saco del niño. El pájaro suspira como yo cuando el amor me supera. Aletea, el pájaro, y el aleteo mismo le produce sueño. Así que el pájaro se duerme sin interrumpir su vuelo.Y acá estoy, esperándote en la granja que vuelvas del pueblo con la bolsa de harina. Acá estoy, mirando por el marco de la ventana. Me asomo. Me asomo y te veo. Estás a un kilómetro, pero te veo, te adivino, te deseo. Te observo venir radiante. Te veo avanzar con alegría. Soy dichoso. Es tarde, pero te intuyo en medio de la oscuridad. No hay oscuridad. Yo tengo mi propio sol. Brillás. ¿Sabías que brillás? ¿Sabías que sos mi propio sol, mi solcito, mi luz, mi todo? Por eso, porque soy lo que sos y viceversa, no he necesitado hacer ningún esfuerzo para incorporarte a esto que escribo en papel suave. He dejado de escribir para mirar por la ventana. Para verte. Para ver mi sol. Salgo a tu encuentro.

Ya es de noche. La luna de queso de cáscara colorada se hamaca. El paisaje refresca. Corre vientito cuando volvemos junto a casa. De vez en cuando colocamos la bolsa de harina en el suelo, descansamos un poco, nos damos unos besos y volvemos a andar, con la bolsa a cuestas.He dejado, en la casa, la lámpara encendida. Desde aquí se puede ver el rectángulo. La luz en un rectángulo.Te abrazo, nos abrazamos, mirando hacia lo mismo. Volvemos a besarnos. Te cuento que estamos bajo el poder de un niño que nos ha atrapado en su bolsillo. Entonces nos besamos ochenta veces más, divertidos. No es el pescador que nos ha atrapado. Es el niño. Entonces te cuento que dentro de un rato el niño tomará la caña de pescar y nos subirá. Tendremos que dejar la bolsa de harina. Caso contrario el hilo se romperá. No digas nada. En todo caso cerrá los ojos. Si llegamos a ver al hombrecito, no le digas nada. Generalmente las personas que pescan sueños o los "fabrican" son feas y solitarias.
¿Oís? Algo se ha enganchado en mi pulóver, mi amor. Es el anzuelo. Aferrate. Lo que pasa delante de tu cara es una nube nomás. ¿Ves que no es una oveja? No te asustes. Es lógico que tengas miedo. Cuando te conocí tuve miedo. Era un miedo pequeño no muy grande, pero miedo alfin. Tenía miedo de perderte. Como ahora. No te sueltes. No supe qué hacer cuando te conocí. No podía dejar de mirarte. No podíamos dejar de mirarnos, ¿te acordás? Claro que sí. Por porimera vez yo sentí que otros dedos eran mis dedos también. Que si tus dedos tenían frío, los míos se congelaban. Y si dolían tus dedos, dolían los míos y hasta mi médula dolía.No mires hacia abajo. Es una avioneta que va a buscar al marinero perdido esta mañana en la bahía. No te preocupes. Van a encontrarlo sano y salvo.

Cuando lleguemos, colocá los pies en alguna roca o en el pespunte del bolsillo y no sueltes mi mano. Nunca sueltes mi mano, amor.

¿Cómo es posible que si el hombrecito pescaba al borde del mundo lograse atrapar gente o sueños que estabansupuestamente en el centro del mundo, y no en sus bordes? ¿Son dosmundos? ¿Hay un mundo dentro de otro? Yo tenía un profesor de Matemáticas (que se llamaba Aristóteles pero no era aquel en el que todos piensan cuando cuento esto y creen que es broma), y ese profesor tenía raras teorías. Hablaba de cosas cóncavas y convexas y para él todo se reducía a un circulito dentro de otro circulito. Mundos inventados. Así que puede ser que el pescador (el de la caña en el borde del planeta, que ahora está en el bolsillo del niño) haya estado en e lborde de un círculo y nosotros en otro círculo. Tal vez haya tenido razón Aristóteles, que en mi caso no tuvo mucha suerte con la influencia, hasta este momento, en el cual dudo de todo, como dudan muchos de las historias que relato, mi amor.
En realidad, pienso que el mundo comienza donde está uno, y la vida es como uno quiere verla. Así que hoy el mundo está dentro del bolsillo del saco del niño, y nosotros adentro del bolsillo, volando, y el niño se ha apoderado de la caña y nos ha pescado. Dos veces nos ha pescado. Una vez al meternos en su bolsillo. Y la otra con la caña, para sacarnos del bolsillo y llevarnos vaya a saber dónde.

Mi madre decía que yo iba a tener siempre diez años, que nunca iba a contar nada creíble. Cuando visitemos el campo de margaritas me voy a acordar de mi mamá. Ella plantaba margaritas en el patio, y en la terraza, y en cuanto pedazo de tierra encontraba. Iba arrojando semillas de margaritas cuando se dirigía al mercado, cruzando por todos los terrenos que hay desde la casa hasta el pueblo.
Todo es relativo. Pero yo quisiera creer que mi mamá logró, metiendo su mano en el delantal y arrojando semillas, formar ese campo de margaritas que no conozco pero que imagino cerca de donde el chico colocó la escalera para atrapar a su globo verde. Todo es un estado de ánimo. Absolutamente todo. Incluso la belleza.

Cuando salgamos del bolsillo del niño, y nos devuelva a nuestra tierra, iremos en busca de la harinaque quedó allá abajo, y haremos pan. Te miraré sin dejar de mirarte, y me hundiré en tus ojos de agua transparente y te invitaré a nadar. Y como ya habremos terminado este vuelo (lleno de besos y sin miedo) estaremos cansados de tanto volar.

Por eso después iremos a nadar.
No muy lejos, acá nomás, en tus ojitos.-

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